Dudo mucho que el incendio de Londres en 1666 todavía perdure en el subconsciente colectivo pero lo cierto es que los ingleses parecen vivir obsesionados con la idea de que perecerán pasto de las llamas de un momento a otro.


Por otro lado, deberían ver el piso en el que vivo. Por supuesto tenemos nuestro plan de evacuación que se resume en "sal por la puerta y cierrala" y "nos vemos todos en el prado delante del edificio para ver cómo arde todo". También contamos con alarmas de esas de romper el cristal y con detectores de humo. Pero además, tenemos en la cocina una manta antiincendios y un extintor para ponerlo todo perdido con polvo blanco.
En nuestra charla de una hora, el "fire security officer" mencionó algo sobre que la mayoría de las alarmas de incendio del hospital se generan en los bloques de viviendas del personal. No me extraña la verdad: después de 10 horas al día en el hospital y volver a casa a preparar la comida... uno puede tener un despiste... a quién no le ha pasado dejar las papas friéndose o la pizza al horno e irse a pegar una breve siesta mientras se termina de hacer...
Pero lo que a mi de verdad me jode... "son las Fire Doors" cada 3 pasos. A cualquiera que haya visitado un hotel londinense y haya tenido que pasar diecinueve puertas que se cierran solas sobre las maletas antes de llegar a la habitación sabrá de lo que hablo.

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