sábado, 20 de junio de 2009

Día 20. Un Sábado cualquiera en Londres. La National Gallery

Mi plan inicial para el día era pasar unas horas en la National Gallery viendo cuadros, actividad que entre una cosa y otra nunca he podido realizar durante mis visitas a Londres y después tenía pensado hacer uno de los recorridos de la guía Lonely Planet (concretamente el del distrito financiero empezando en la catedral de Saint Paul). Salí del hotel con la idea de buscar algún sitio para desayunar algo ligero pero al salir del hotel vi un cartel en un una cafetería que decía full english breakfast 4 libras y nada más levantarme no tengo el cuerpo con la disciplina suficiente para negarme a los poco saludables placeres del beicon, los huevos, las tostadas... Está todo documentado con fotos así que les remito a la prueba numero 1.
Tras el homenaje decidí rodar calle abajo hasta Trafalgar Square y subir la escalera del museo (siguiente foto) desde donde les mando otra foto con el Big Ben al fondo (foto 3), un poco a la izquierda tras la columna de Nelson. Hombre, hay que echarle un poco de imaginación... ya les dije que no me traje la cámara y son fotos del móvil...

Una de las cosas buenas de los museos públicos de Londres es que son gratis pero puedes dejar un donativo en la entrada. ¡Que gente más civilizada por Dios!. En España no es que la gente no ponga dinero, es que se llevan la urna al primer descuido. Como la idea era ver el museo sin prisas pues me pillé una audioguía y un plano y con la tontería me pegué casi cinco horas allí dentro. Lo bueno es que no es tan grande como el Prado o el Louvre y puedes ver lo más importante de la colección permanente relativamente rápido, esto es, sin una audioguía.
La verdad es que me gustó y sólo me salté un poco rápido el arte medieval porque la verdad es que ya estaba un poco harto de retratos de reyes y retablos. Tienen algunos cuadros famosillos como uno de la serie de los girasoles de Van Gogh, la Venus del espejo de Velázquez y el retrato del matrimonio Arnolfini de Van Eyck. Al final, salí del museo sobre las seis de la tarde y ya no me dio tiempo de hacer el recorrido así que opté por intentar encontrar alguna entrada barata a algún musical, tarea difícil dada la hora y al tratarse de un sábado. Efectivamente, sólo había a precio astronómico por lo que me di una vuelta por Leicester Square y me pegué una cena en un chino donde una china con malas pulgas y poca paciencia te pone la comida en las cajitas esas de cartón. Pero hasta arriba del todo.
La última foto es de un camión de la cadena Costa Cofee que me hizo gracia. Pone: "Salvando al mundo del café mediocre"

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